Salen a escena dos personas. Se pide al grupo un lugar de encuentro donde puedan convivir muchos personajes (por ejemplo, una fiesta, un cumpleaños o la plaza del pueblo). Una de las personas asumirá el rol de protagonista y la otra interpretará a todos los personajes secundarios que aparecen en la historia.
La protagonista va guiando la escena, dando paso a los distintos personajes que desea que aparezcan, y el intérprete de secundarios los representa uno a uno. Los personajes secundarios no interactúan entre sí y solo entran o salen cuando la protagonista lo indica. La historia se desarrolla en función de las decisiones del personaje principal, mientras el otro demuestra versatilidad y escucha escénica.
La protagonista va guiando la escena, dando paso a los distintos personajes que desea que aparezcan, y el intérprete de secundarios los representa uno a uno. Los personajes secundarios no interactúan entre sí y solo entran o salen cuando la protagonista lo indica. La historia se desarrolla en función de las decisiones del personaje principal, mientras el otro demuestra versatilidad y escucha escénica.