Con este ejercicio daremos un primer paso para entender que estamos trabajando en un espacio seguro en el que podemos hacer y decir lo que queramos.
Haremos una primera ronda en la que cada uno dice su nombre. Esta primera ronda sirve para romper el hielo, abrirse al grupo y ver que no pasa nada por hablar y que nos miren.
En la segunda ronda diremos nuestro nombre y una palabra que empiece por la misma letra. Con esto veremos que podemos decir cualquier cosa sin temor a equivocarnos.
En la última ronda diremos nuestro nombre y al decir la palabra (la misma de antes) daremos un paso al frente y haremos un gesto con todo nuestro cuerpo que (para nosotros) signifique esa palabra. No hay forma de hacer esto mal. Cualquier gesto servirá. Es una manera divertida de romper el hielo y comprobar que puedo hacer y decir lo que quiera, con libertad.
Este ejercicio es muy interesante para grupos que no se conocen, pero también para grupos que se conocen y que pueden sentirse incómodos en exponerse delante de los demás. A lo largo de las diferentes rondas debemos animar al resto del grupo a apoyar sin juzgar las ideas de los demás, simplemente observar y divertirse.
Haremos una primera ronda en la que cada uno dice su nombre. Esta primera ronda sirve para romper el hielo, abrirse al grupo y ver que no pasa nada por hablar y que nos miren.
En la segunda ronda diremos nuestro nombre y una palabra que empiece por la misma letra. Con esto veremos que podemos decir cualquier cosa sin temor a equivocarnos.
En la última ronda diremos nuestro nombre y al decir la palabra (la misma de antes) daremos un paso al frente y haremos un gesto con todo nuestro cuerpo que (para nosotros) signifique esa palabra. No hay forma de hacer esto mal. Cualquier gesto servirá. Es una manera divertida de romper el hielo y comprobar que puedo hacer y decir lo que quiera, con libertad.
Este ejercicio es muy interesante para grupos que no se conocen, pero también para grupos que se conocen y que pueden sentirse incómodos en exponerse delante de los demás. A lo largo de las diferentes rondas debemos animar al resto del grupo a apoyar sin juzgar las ideas de los demás, simplemente observar y divertirse.