La dinámica comienza con todo el grupo en círculo. Un participante lanza una afirmación máxima o contundente sobre algo que le gusta (por ejemplo: “¡El chocolate es lo mejor del mundo!”). Quienes estén de acuerdo se acercan y se unen físicamente a esa persona, formando un pequeño grupo. Cada nueva afirmación da la oportunidad de moverse: los participantes deciden si se quedan donde están o se unen a la nueva propuesta. No hay turnos establecidos: cualquiera puede lanzar una nueva afirmación en cualquier momento.
Como cierre, se puede buscar entre todos una afirmación que genere consenso total: una propuesta tan poderosa o universal que consiga reunir a todo el grupo en el mismo lugar. Esto refuerza el sentido de conexión, escucha colectiva y creatividad compartida.
Como cierre, se puede buscar entre todos una afirmación que genere consenso total: una propuesta tan poderosa o universal que consiga reunir a todo el grupo en el mismo lugar. Esto refuerza el sentido de conexión, escucha colectiva y creatividad compartida.