- Las consellerias de Igualdad y Educación trabajan con el Servef en un sistema de reconocimiento oficial para los jóvenes
- Se podrá certificar la dedicación y competencias en oratoria o liderazgo
En un momento en que cada vez son más las universidades (privadas, sobre todo) y empresas que valoran en un candidato su implicación en el ámbito del voluntariado, ¿quién o qué acredita esta faceta a efectos del currículum? «El voluntariado ahora mismo está bien visto, pero no tiene ningún tipo de traslación al currículum», admite el secretario autonómico de Inclusión, Alberto Ibáñez. De ahí que uno de los objetivos de la futura ley de juventud -que en próximas fechas deberá pasar por el pleno del Consell y luego iniciar el trámite parlamentario- sea el de impulsar un «sistema público de acreditación» de esas horas de trabajo de un voluntario.
El responsable de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas definió así el que será el primer intento de la Administración por facilitar el reconocimiento del voluntariado. «Que no se quede sólo en una palmadita en la espalda, sino que también se reconozca a los jóvenes que se implican a través de entidades sociales», explicó Ibáñez en declaraciones a este diario.
Se parte por tanto de la base de que el voluntariado permite a quien lo realiza desarrollar toda una serie de competencias «que no siempre se enseñan en la escuela» de manera formal. Ibáñez puso el ejemplo de las habilidades de «comunicación, toma de decisiones, oratoria, liderazgo…». La certificación oficial permitiría de esta manera al candidato demostrar el número de horas dedicadas al voluntariado y las competencias adquiridas.
«En muchos países, el hecho de que tú seas voluntario aparece en tu currículum porque el empresario entiende que eso te da unas habilidades que te convierten en mejor trabajador», afirmó el secretario autonómico, quien subrayó que su departamento trabaja para esta iniciativa en colaboración con el Servef y la Dirección General de Formación Profesional de la Conselleria de Educación.
El reconocimiento a la gestión del voluntariado no es la única novedad que introducirá la ley, pues la norma se aprovechará además para regular la participación de los mayores de 16 años en las consultas a la ciudadanía. «Que nadie crea que podrán participar en las próximas elecciones», apuntó Ibáñez, pero de lo que se trata es de permitir a los jóvenes de 16 y 17 años participar en «cualquier referéndum consultivo no vinculante que despliegue la Administración».
Preguntado por si esta regulación puede obligar de alguna manera a los ayuntamientos a abrir la votación de sus consultas a estos jóvenes, Ibáñez reconoció que la Generalitat no tiene competencia para ello. Ahora bien, «cuando una administración da un paso, el resto le sigue respetando la autonomía».
La nueva ley de juventud entra precisamente a definir las competencias en esta materia. Según Ibáñez, «no hay un marco legal que permita a los ayuntamientos desarrollar las políticas de juventud», por lo que la norma «comparte la soberanía entre la Administración autonómica y local».
«Algunos ayuntamientos, con la Ley de Racionalización del ministro Montoro, dejaron de hacer estas políticas porque la norma dice que no son de su competencia», agregó Ibáñez. «Aquí lo que hacemos es compartir, dar la posibilidad a los municipios que quieran desarrollar políticas de juventud, pues es una cuestión de proximidad», subrayó el secretario autonómico.
La ley, además, dará pasos en la regulación de las «figuras profesionales del mundo de la juventud» (técnicos de juventud, monitores…). Se busca «profesionalizar» un sector y «dignificar» una ocupación que podría, por ejemplo, tener consecuencias en la negociación de cuestiones laborales.